Al igual que cada niño es diferente, no hay un método único,
ni una forma de organización genérica para el estudio en casa, pero si unas
pautas e ideas sencillas que podrán favorecer sus quehaceres diarios.
¡A merendar! Es importante que al llegar a casa de colegio,
haya un tiempo de desconexión para merendar, relajarse un rato y cargar así las
pilas para comenzar con energía las tareas.
En este momento, es preferible no abusar de la televisión (a ser posible que permanezca apagada mientras se merienda), ya que será más fácil que se distraigan o que muestren menos predisposición cuando llegue la hora de comenzar con los deberes.
¡Ya es la hora! Es recomendable acordar una hora fija para
empezar con las tareas; de esta forma siempre estarán tanto padres como el niño
de acuerdo cada día y no cabrá a errores ni requerimientos del tipo “deja de ver la tele ya y comienza con los
deberes”, “déjame un poco más…”, “¡ahora voy!”… Se pueden ofrecer recompensas
positivas los primeros días para motivar el niño a que comience a su hora, al igual
que si termina a tiempo o antes de lo previsto. También se puede usar un crono
para ir registrando lo que tardamos cada día o utilizar pequeñas plantillas de
registro para llevar un seguimiento de los días que han empezado a su hora, han
hecho todos los deberes con buena letra, terminado antes de lo debido...
Primero repaso Normalmente, en casa los niños hacen los
deberes sin repasar lo que se ha dado ese día o sin hacer un pre-estudio. Se tiende
a pensar que se tarda mucho tiempo en hacer primero un repaso de lo que se ha
dado ese día y después hacer los deberes, cuando en realidad es la mejor forma
de estudio; ya que, si simplemente hacen los deberes no tienen oportunidad de
afianzar lo dado en clase, de la misma forma que la dedicación de preparación y
de estudio frente al examen es mayor y no tan significativa, sino más bien
memorística. Dedicar unos minutos previos a los ejercicios para recordar y comprender
lo dado ese día es práctico y valioso.
Toca jugar El tiempo de juego de los pequeños es
imprescindible, es una parte más de su desarrollo por lo que deben de tener un
tiempo diario para divertirse.
No es favorable eliminar este momento lúdico en
el día a día de los pequeños ya que al igual que deben dedicar tiempo diario a
las tareas escolares lo deben dedicar a desarrollarse en este aspecto. Eso si, se debe hacer consciente al niño de la necesidad de trabajar correctamente y de ajustarse al tiempo de estudio, no malgastándolos con descansos o paradas innecesarios; para no perder parte del tiempo de juego.
Un rato todos los días La lectura es una forma sencilla de
introducirlos a las rutinas diarias del estudio. Es muy positivo dedicar al
menos 15 minutos al día para compartir con ellos sus lecturas favoritas, por
ejemplo, antes de irse a la cama. Aunque la mejor alternativa es leer libros
adecuados a su nivel evolutivo o algún cuento; si este se muestra reticente los
primeros días, se puede probar a leer con ellos revistas que le interesen,
artículos sobre sus personajes favoritos, información sobre sus aficiones
favoritas, hasta que poco a poco vayan disfrutando de la lectura de forma
rutinaria.
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